En tiempos de crisis, ya sean personales, sociales o globales, contar con apoyo emocional y psicológico es fundamental para enfrentar estos períodos desafiantes.
En el contexto de la psicología clínica, una “crisis” se refiere a un estado temporal de perturbación y desestabilización emocional que resulta de eventos o situaciones estresantes que sobrepasan la capacidad usual de una persona para manejarlos. Estas situaciones pueden provocar una intensa respuesta emocional o psicológica y que a menudo, requieren intervención para restablecer estas mismas áreas, aunque puede lograrse con un buen manejo de las emociones, muchas personas necesitan de un profesional que las guíen en el proceso.
Las crisis pueden variar en su naturaleza y origen, incluyendo:
- Crisis personales: Estas pueden surgir por eventos como la muerte de un ser querido, un divorcio, problemas de salud grave, o pérdida de empleo, que alteran profundamente la vida personal.
- Crisis traumáticas: Involucran situaciones que incluyen violencia, abuso, accidentes graves, o desastres naturales, que tienen un impacto directo y profundo en la persona afectada.
- Crisis de desarrollo: Estas crisis ocurren como parte de transiciones de la vida, normales pero significativas, como la adolescencia, la jubilación, o la entrada a la edad adulta, que aunque son esperadas, pueden ser emocionalmente desafiantes.
- Crisis sociales o comunitarias: Se dan en respuesta a eventos que afectan a una comunidad más amplia, como pandemias, crisis económicas o conflictos sociales, que generan estrés y ansiedad a gran escala.
Como lo mencionamos, en estos casos la intervención de un profesional puede ser crucial para ayudar a las personas a confrontar estas situaciones, ofreciendo apoyo emocional, estrategias de manejo y ayudando a las personas a encontrar caminos hacia su recuperación y adaptación.
Los psicólogos están capacitados para comprender y tratar los problemas emocionales y de comportamiento que pueden surgir durante las crisis. Utilizando una variedad de técnicas y terapias, estos profesionales ayudan a sus pacientes a manejar el estrés, la ansiedad y otros síntomas que pueden ser abrumadores durante períodos de incertidumbre. Algunas de esas técnicas son:
- Manejo de la ansiedad y el estrés: Las técnicas como la terapia cognitivo-conductual permiten a los pacientes entender y modificar patrones de pensamiento negativos, ofreciendo herramientas prácticas para lidiar con el estrés diario.
- Apoyo emocional: En momentos donde las emociones pueden sentirse desbordantes, la psicóloga clínica provee un espacio seguro para expresar y procesar estos sentimientos, promoviendo una mejor salud emocional.
- Desarrollo de la resiliencia: A través del asesoramiento y apoyo continuo, las personas aprenden a construir y fortalecer su resiliencia, esencial para superar los desafíos actuales y futuros.
Si hay algo que incluso puede llegar salvar vidas es la intervención temprana. Buscar ayuda al inicio de una crisis no solo puede aliviar el sufrimiento inmediato sino también mejorar el pronóstico a largo plazo.
Un meta análisis de 51 estudios realizado por la Asociación Americana de Psicología (APA https://www.apa.org/about/policy/resolution-psychotherapy) encontró que la terapia tuvo un efecto sumamente positivo en pacientes que recibieron terapia psicológica, estos experimentaron una mejora promedio en sus síntomas en comparación con aquellos que no recibieron terapia.
Las tasas de respuesta positiva (definidas como una reducción del 50% o más en los síntomas) varían entre diferentes tipos de terapia y problemas de salud mental, pero en general, alrededor del 25-40% de los pacientes logran una respuesta positiva a la terapia.
En momentos difíciles, la psicología clínica se destaca como un recurso vital para enfrentar las dificultades emocionales. Convertirse en un profesional de este campo ofrece la oportunidad de ser un apoyo fundamental para quienes lo necesitan. A través de una formación especializada, se adquieren habilidades para brindar acompañamiento. Se adquiere la capacidad para comprender y abordar los problemas emocionales y de comportamiento, permite ofrecer un enfoque personalizado y adaptado a cada individuo, lo que puede marcar una diferencia significativa en sus vidas.